jueves, 31 de mayo de 2012

Vivo con la violencia, trabajo con la violencia... y yo soy violencia



 La idea se convierte en una máquina que produce arte (…)

Sol Lewitt, 1967


En la Grecia antigua (siglo V a.C.), la sociedad ateniense consideraba que la violencia era obscena (obskena). Particularmente en el teatro, no era bien visto que escenas violentas y sexuales se representaran en el escenario; de ahí el origen etimológico de la palabra obsceno, es decir, fuera de escena.

Del siglo V a la fecha, el arte ha transformado sus argumentos hegemónicos. El arte contemporáneo, conceptual y multidisciplinario, es plural en temáticas, intenciones y acciones. Al rechazar verdades absolutas, éste propicia una polifonía de propuestas.

Ahora bien, cabe destacar que hoy en día diversos artistas deconstruyen el pasado, a fin de darle una relectura que incluya nuevas voces y perspectivas. Danto considera que “el arte contemporáneo no hace un alegato contra el arte del pasado, no  tiene sentido que el pasado sea algo de lo cual haya que liberarse, incluso aunque sea algo completamente diferente del arte moderno en general (…) lo que define al arte contemporáneo es que dispone del arte del pasado para el uso que los artistas le quieran dar” (Danto, 1999: 30)

Actualmente, la pintura, contrario a lo que pueda pensarse,  se renueva constantemente porque es sugerida, junto con otras disciplinas, tan sólo como un medio para generar reflexiones críticas en el receptor.  En dicho proceso, distintas manifestaciones como la pintura, el performance, el net art o el arte locativo logran convivir, ya que el concepto o idea es quien las complementa.

A continuación, quiero mostrarles la obra de la mexicana Frida Toledo, una propuesta que explora diversas dimensiones de la violencia contemporánea, a través de un arte conceptual.

A través del proceso de producción de su obra,  Frida se cuestiona ¿para qué sirve la violencia? Y se responde –para desfogarme, porque si no me volvería loca-, invitando al espectador a reflexionar sobre el hecho de que muchos de nosotros, cotidianamente, cometemos ciertos gestos de violencia, incluso contra nosotros mismos: mordernos las uñas, tirarnos del cabello, tronarnos los dedos, insultarnos, etcétera. A través de su obra, Frida transforma  la violencia cotidiana en un acto estético.  

Las imágenes que posteo a continuación, forman parte de la serie de pintura “Automutilaciones” de Frida Toledo.  













También les dejo por acá una micro-entrevista a Frida Toledo




Bibliografía

Lewitt, Sol (1967) “Paragraph on conceptual art”Artforum[Recuperado el  2 de junio de 2012, de www. ddooss.org/artículos/idiomas/Sol/Lewitt.htm

Danto, A. (1999) “Después del fin del arte”, España: Paidós