“La Iglesia ha
quemado en otro tiempo a supuestos brujos para reprimir las tendencias lúdicas
primitivas conservadas en las fiestas populares. En la sociedad hoy dominante,
que produce masivamente pseudo-juegos desconsolados de no-participación, una
actividad artística verdadera es clasificada forzosamente en el campo de la
criminalidad. Es semiclandestina. Aparece en forma de escándalo”
(Manifiesto
Internacional situacionista, 1960 Guy Deboard)
Madre de dios, virgen, ¡líbranos de Putin!, ¡líbranos
de Putin! ¡líbranos de Putin!
¡Negra sotana, hombreras doradas!
Todos los niños del cura se arrastran para hacer una
reverencia
El fantasma de la libertad en el cielo
Los homosexuales se envían encadenados a Siberia
El líder del KGB es vuestra más alta Santidad
Encierra en prisión a los manifestantes.
Para no disgustar a los santos
las mujeres deben parir y amar
¡Basura de dios, basura, basura! ¡Basura de dios,
basura, basura!
Madre de dios, virgen, ¡hazte feminista hazte
feminista, hazte feminista!
Alabanza eclesiástica al líder podrido, cruzada de
limusinas negras.
A la escuela viene el cura, ve a clase, llévale
dinero.
El patriarca cree en Putin Mejor debería, perro, creer
en dios
El cinturón de la sagrada virgen no impide las
manifestaciones
La virgen María está con nosotros en las protestas!
Madre de dios, virgen, ¡líbranos de Putin! ¡líbranos
de Putin! ¡líbranos de Putin!
Se les acusa de “vandalismo por odio religioso”, su condena son dos años en prisión. De pronto me encuentro con una gran cantidad de medios de información masiva que en las últimas semanas han retomado un hecho que ocurrió hace aproximadamente cinco meses. Tres mujeres que se hacen llamar “Pussy Riot” son tratadas como delincuentes por manifestarse en contra del presidente reelecto ruso y de la opresión que se vive en el país por parte de la iglesia católica.
Grupos sociales en
diversos países europeos y latinoamericanos han salido a las calles a protestar en oposición
a las autoridades rusas que sentencian a las tres jóvenes. Y es que somos
testigos (oculares) de que la libertad de expresión es mermada por el Estado y
la Iglesia en muchos otros países de forma explícita o implícita (véase, por
ejemplo, el caso de México donde supuestamente se tiene “libertad de expresión”
pero ser periodista, activista social, anarquista, etcétera es un oficio de
alto riesgo).
Aunque a muchos les
indigna la manera en que han sido procesadas legalmente las integrantes del
grupo “Pussy Riot” por supuesto que no faltan los comentarios de personas que
se muestran a favor de la resolución judicial. Justo ayer cuando cocinaba esta
entrada me encontré con una nota en el periódico El Universal titulada “PussyRiot tenía que ser castigado” la cual hacía alusión a las declaraciones dadas por el
barítono
ruso Dmitri Hvorostovsky: “Creo que fue una forma muy barata de (hacer) relaciones
públicas y un insulto a la gente que cree en Dios. Bailar y cantar y
comportarse de este modo en un altar, donde la gente reza (...), por supuesto
que tienen que ser castigadas”. ¿Un insulto a la gente? Me
sorprende que este hombre siendo ruso no dé cuenta de los años en que la
Iglesia y el Estado han reprimido al país. Un verdadero insulto es llamar
“enfermos mentales” a los homosexuales. Porque ustedes sabrán que hasta
principios de la década de los noventa en Rusia ser homosexual era un delito y
todavía a finales de la misma década los homosexuales eran considerados
enfermos mentales.
Pussy Riot es una
muestra de las manifestaciones artísticas que desde los años sesentas
emergieron; estamos frente a un ejemplo claro del movimiento situacionista cuya
finalidad es dar a conocer planteamientos de rebeldía, resistencia y libertad. El
situacionismo es uno de los antecedentes del arte con crítica política:
Contra el
espectáculo, la cultura situacionista realizada introduce la participación
total. Contra el arte conservado, es una organización del momento vivido
directamente. Contra
el arte fragmentario, será una práctica global que contenga a la vez todos los
elementos utilizados. Contra el arte unilateral, la cultura situacionista será
un arte del diálogo, de la interacción.1
Pussy
Riot con la “plegaria punk” “Madre
de dios, virgen, ¡líbranos de Putin!, llevó
a cabo un performance a manera de ritual religioso-secular; sin embargo el objetivo de este ritual no era el
reproducir lo establecido por la Iglesia sino más bien una forma de protestar
en contra de ella y por supuesto de un gobierno opresor. Cabe destacar que parte
de la significación del ritual es el lugar donde se realiza y la coyuntura
específica que lo contextualiza. En esto
radica la importancia de que Pussy Riot haya ocupado la catedral capitalina de
la Iglesia de Cristo Salvador.
Los rituales tienden a hacer
estilizados, repetitivos, estereotipados, con frecuencia aunque no siempre
decorosos, y también tienden a realizarse en lugares especiales, en momentos
determinados por el reloj, el calendario o circunstancias especificas. 2
Si la Iglesia y el
Estado son los que reprimen, se utilizan estas mismas instituciones para llevar
a cabo una producción semiótico-discursiva que se inserte en el territorio de
la resistencia mediante la representación de un acto eclesiástico. Los performances
resignifican sucesos determinados y logran irrumpir la “estabilidad” de la vida
cotidiana. El ritual se fundamenta en la representación la cual “no es
simplemente una manera de expresar algo, sino que es en sí misma un aspecto que
expresa (…) El ritual no sólo comunica algo sino que es tomado por quienes lo
realizan como lo que además “hace algo”. 3
Y reitero el caso
“Pussy Riot” representa la problemática no sólo de un país sino de diversos
países que están atravesando la misma situación. ¿Les suena familiar la
imposición del gobierno? ¿Tal vez la represión? ¿La falta de respeto a los
derechos humanos? Lo dejo como tema a debatir y a reflexionar. “Madre de dios, virgen, ¡líbranos de la
indiferencia!”
Notas
1 Fragmento del
Manifiesto Internacional Situacionista. Disponible en http://www.sindominio.net/ash/is0413.htm
2 y 3 Richard
Schechner en “Estudios de la
representación. Una introducción” 2012, México. Fondo de Cultura Económica Pág.
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