“No hay nada más poderoso que el baile. Es
contagioso, es sexual, te libera y nadie puede controlarlo. Por eso asusta. La
mayoría de las mujeres no nos vestimos como nos gustaría. No vamos con libertad
a cualquier sitio a todas las horas del día porque nos da miedo que nos
ataquen, nos hagan daño, nos violen. Y cuando bailemos el día 14 la idea es
romper esa jaula de patriarcado, de miedo, de intimidación en la que llevamos
siglos metidas”
Eve Ensler, 2013 [1]
Mientras
millones de personas alrededor de distintos países del mundo celebran el
melodramático-consumiasiolítico “día del amor” (14 de febrero) billones más de mujeres
también en todo el mundo continúan siendo violentadas [2] de
manera cotidiana. Más allá de trivializar y comercializar el concepto amor en
nuestras sociedades contemporáneas que Guy Debord [3] denominó como “del Espectáculo” [4] este año el 14 de
febrero ha sido el pretexto para llevar a cabo una serie de protestas en contra
de la violencia hacia las mujeres.
“Una de cada tres mujeres del planeta será
violada o maltratada a lo largo de su vida. Mil millones de mujeres violadas es
una atrocidad. Mil millones de mujeres bailando es una revolución”. Con esta premisa la activista estadounidense Eve
Ensler lazó la campaña One Billion Rising, con la finalidad de
hacer bailar a mil millones de personas el próximo 14 de febrero. A la par algunas
ONG, colectivos o grupos de mujeres están convocando a celebrar de manera
alternativa, el tan comercial y manipulado “día del amor”. La propuesta es la
toma de espacios públicos por medio de acciones performáticas en las que los
cuerpos mediante movimientos rítmicos y eróticos acompañados de música,
segreguen endorfinas y liberen así sus miedos y prejuicios ante usa sociedad
conservadora y reaccionaria.
Dicha
convocatoria adquiere mayor impacto y significación cuando en los últimos
días los diarios de circulación nacional e internacional han destacado notas sobre la violencia hacia
las mujeres:
“Por cada 100 mexicanas de 15 años y más que han
tenido pareja o esposo, 47 han vivido situaciones de violencia durante su actual o última relación, según
datos del INEGI de 2012”.[5]
“Hay cifras escalofriantes y se podría dudar de
su validez. Por ejemplo: ¿Es realmente cierto que una de cada tres mujeres en
el mundo es violada o maltratada a lo largo de su vida? Eso significaría que
mil millones de mujeres, es decir, la séptima parte de la población mundial,
sufre algún tipo de abuso o vejación. ¿Imposible? Basta con echar una ojeada a
las estadísticas oficiales que maneja la ONU para darse cuenta de que esta
cifra es tristemente real”.[6]
Las
cifras son reales y lo peor es que están incrementado; mientras las leyes hasta
hace poco empezaron a tomar cartas en el asunto, durante muchos años en algunos
estados de la República Mexicana era legal que un hombre matara a su cónyuge,
si la encontraba teniendo relaciones sexuales con otro hombre. Y en Estados
Unidos las leyes en contra de la violación hacia las mujeres fueron para dar protección
a las esposas e hijas de hombres de clase alta, por lo que la mayoría de las
veces las mujeres de clase trabajadora no eran tomadas en cuenta a la hora de
denunciar delitos de esta índole.
Y
para contextualizar, a pesar de que en los últimos años el término feminicidio
ha adquirido un papel importante en varios discursos sociales críticos, todavía
no está incluido oficialmente, por ejemplo, en los términos aceptados
por la Real Academia Española,
institución cultural encargada de planificar y regular las normas del idioma
español. En su versión en línea, cuando se sugiere la búsqueda de la palabra
feminicidio, aparece una leyenda que dice: “La palabra feminicidio no está en el Diccionario”[7]. Aun cuando no se ha incluido
en el diccionario más importante del castellano, la historia de esta palabra
data hace más de 200 años atrás, cuando se utilizó por primera vez, en 1801 en
una revista satírica inglesa, el término “femicidio”, publicación en la cual se
usó dicho vocablo para designar el “asesinato de una mujer.[8] Sin embargo, fue hasta 1976 que Diana
E. H. Russell, profesora emérita de sociología del Colegio Mills, de
Oaklan California, pronunció la palabra “femicidio” en público, frente a casi 2 mil mujeres, en el primer Tribunal
Internacional de Crímenes contra las mujeres en Bruselas, Bélgica, declarando
que:
Debemos
entender que muchos homicidios son, en efecto, femicidios. Debemos reconocer la
política sexual del asesinato. Desde la quema de brujas en el pasado, pasando
por la más reciente y generalizada costumbre de infanticidio del sexo femenino
en muchas sociedades, hasta las matanzas por “honor”, nos percatamos que el
femicidio ha ocurrido durante mucho tiempo. Sin embargo, debido a que involucra
a meras mujeres, no existía una palabra que lo describiera hasta que se inventó
el término “femicidio”.[9]
En México, el término femicidio fue acuñado por la antropóloga
y legisladora Marcela Lagarde, después de leer el libro titulado Femicide:
The Politics of Woman Killing(1992)[10], escrito por Jill Radford y
Diana E. H. Russell. Sin embargo, Lagarde propuso hacer una pequeña diferencia
en cuanto al vocablo “femicide”, que
en su traducción al castellano es “femicidio”, término homólogo a homicidio,
que significa asesinato de mujeres, y entonces estableció la palabra “feminicidio” para hablar de
genocidio contra mujeres, lo que denota un concepto de significación política.[11]
Y regresando
al principio la idea de “bailar contra el patriarcado” este próximo 14 de
febrero es sumarse a la lucha contra la violencia y el feminicidio, es poder
salir a las calles sin miedo a que el otro se sienta provocado y con el derecho
de violentar el cuerpo femenino; es erradicar la construcción social de la que habla Virgine Despentes en su libro, cuando relata su experiencia al ser violada, "Teoría King Kong”: “como llevamos
minifilada, como tenemos una el pelo verde y la otra naranja, sin duda,
follamos como perras, así que la violación que se está cometiendo no es tal
cosa”; bailar es la oportunidad de utilizar el cuerpo como “territorio de
resistencia”[12] como “campo de batalla” [13] y demostrar así que nadie más bajo ninguna circunstancia puede transgedirnos.
* La protesta que se llevará a cabo este 14 de febrero no es un acto aislado, no solo esta fecha, sino constantemente muchos grupos están trabajando, para muestra basta un click:
http://www.facebook.com/Femen.UA
* La protesta que se llevará a cabo este 14 de febrero no es un acto aislado, no solo esta fecha, sino constantemente muchos grupos están trabajando, para muestra basta un click:
[1] Eve Ensler es conocida
mundialmente por sus “Monólogos de la vagina”
[2] cuando hablo
de violencia me refiero a una sola, porque en mi manía de querer clasificar la
violencia en sus distintas formas (psicológica, sexual, económica,
emocional…etc.) hace poco entendí que en
realidad la violencia no se tipifica en una acción aislada sino más bien es un
acto integral, por ejemplo no hay
violencia física sin que haya violencia emocional y viceversa.
[3] Guy Debord. La
sociedad del espectáculo, Disponible en:
http://serbal.pntic.mec.es/~cmunoz11/Societe.pdf
[4] Debord argumenta que “El espectáculo señala el momento en que la
mercancía ha alcanzado la ocupación total de la vida social”. No son
fortuitas las innumerables fechas conmemorativas que se han creado, cuyo fin
real es el consumo excesivo de mercancías.
[5] Rubén Cortes en http://www.razon.com.mx/spip.php?page=columnista&id_article=158797
[6] Barbara Celis en
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/02/09/actualidad/1360440132_424758.html
[7] Diccionario de la lengua española, vigésima segunda edición.
Recuperado el 16 de mayo de 2011, de http://www.rae.es/rae.html
[8] Russell, Diana.
(2006, 24 de noviembre) Feminicidio: la política del asesinato de mujeres. La
nación. Recuperado el 13 de mayo de 2011 de
[9] Ídem
[10] Traducción: Femicidio: La política del asesinato de
mujeres
[11]Nuestras hijas de regreso a
casa. Recuperado el 16 de mayo de 2011, de http://www.mujeresdejuarez.org/
[12] La artista
mexicana de lo corpóreo Lorena Wolffer utiliza dicho termino para argumentar su
trabajo: “(…) lo que busco con mis performances es provocar
reflexiones sobre ciertos fenómenos sociales o políticos, más allá de la
disciplina misma. Así, mis trabajos de performance me han permitido entender,
utilizar y replantear mi cuerpo como un territorio de resistencia, no solo en
las actividades performáticas sino, sobre todo, en la vida cotidiana”
[13]En 1989 la artista norteamericana Barbara Kruger llevó a cabo
una obra cuyo nombre era “Tu cuerpo como campo de batalla”, Your body is a battleground”.