ATENCIÓN! Si usted odia las escusas absténgase de leer los siguientes párrafos…
Cuerpo-arte-violencia, son líneas argumentativas que hemos desarrollado durante la existencia de este
blog. “Todo es cuerpo” (sujeto de la acción) me comentaron hace poco tres
especialistas en literatura latinoamericana; y por otra parte, el arte aunque
no es igual a vida ha sido un medio para traducir estéticamente “cualquier
forma” de violencia cotidiana acaecida en el contexto latinoamericano, el cual
ha estado permeado de incertidumbre y desánimo social.
Hace algunos meses
Guatemala sufrió el desgaste ante la respuesta de la Corte de (in) Constitucionalidad[1] del
juicio como genocida al ex dictador Efraín
Ríos Montt; en Argentina el ex dictador Jorge Rafael
Videla, justificó, hasta su muerte, el terrorismo de Estado; y en México se padece el
regreso del PRI y los miles de asesinados que dejó el sexenio de Felipe
Calderón. Estos sucesos, por mencionar algunos, evidencian un panorama
latinoamericano poco alentador, sin embargo es en esta misma coyuntura que
podemos reflexionar en torno al papel que ha desempeñado el arte y la literatura como medio de crítica y resistencia.
En este sentido,
con la finalidad de abrir la perspectiva a nuevas líneas temáticas, a
continuación se reflexiona en torno a una obra literaria brasileña en la que se
lleva a cabo, a través de la sátira, una crítica y denuncia de la violencia simbólica hacia la diversidad
de las culturas latinoamericanas.
[Macunaíma] es un libro de varios niveles de lectura: el
histórico, el simbólico, el irónico, el satírico y paródico, el estructural y
el lingüístico con trascendencias culturales en tanto sistema complejo que
incluye varias expresiones del arte, como la música popular y la académica, y
otras disciplinas como la psicológica social y política.
Coral Pérez,
Editorial el
perro y la rana 2007
La novela Macunaíma
(1928) del poeta, novelista y musicólogo Mário de Andrade es una de las obras más
representativas del movimiento vanguardista latinoamericano[2] (Modernismo) en Brasil.
Dicho movimiento se inició en 1922 en la ciudad de San Pablo con la Semana de
Arte Moderno, uno de sus antecedentes más cercanos se dio en México con el
movimiento artístico interdisciplinario denominado: Estridentismo.
Macunaíma
(1928) es una novela que está construida a
manera de rapsodia[3],
los fragmentos de la obra no se presentan de manera lineal, y a pesar de que
cada uno tiene su propia significación están relacionados entre sí. El origen
de la novela Macunaíma es según el
propio autor una “desesperada conmoción lírica” que surgió después leer la
recopilación de leyendas indígenas de la Amazonia brasileña y
venezolana del etnógrafo alemán Koch-Grünberg.
Macunaíma es
el nombre del protagonista de la novela, un “héroe sin ningún carácter”
proveniente de un pueblo poco civilizado;
un hombre de raza negra, que según la propia construcción del autor, es
tendencioso, flojo, sin moral, mentiroso, al que su familia denomina como “feo
y tonto”…
(El 1969 Joaquim Pedro de Andrade dirigió el filme Macunaíma,
basado en la novela del mismo nombre)
…pero Macunaíma de pronto, gracias a un
suceso mágico, se trasforma en un hombre de raza blanca, convirtiéndose así en
un fetiche sexual de las mujeres, y en un “héroe” que paradójicamente resuelve
todo para desatar al caos. Tras convertirse en un hombre “blanco” el personaje
Macunaíma migra a una metrópoli, y en ese contexto experimenta circunstancias
que lo envuelven en la banalidad, consumismo, superficialidad y desapego a sus
costumbres originarias.
Macunaíma
(1928)
de Mário de Andrade surge, en primera instancia, como una ruptura de los
modelos vigentes de la novela europea; es una crítica del concepto de
nacionalismo con el que se pretendía, de alguna forma, homogeneizar a distintas
culturas sin tomar en cuenta el carácter heterogéneo de las mismas; y es además
una sátira de la violencia simbólica que causan los prejuicios y discriminación
hacia el otro. La novela se puede situar dentro de la literatura cómica ya que se
construye a partir del humor carnavalesco y el “realismo grotesco (es decir el
sistema de imágenes de la cultura cómica popular)”[4] tal como se presenta en
las obras del escritor francés Fracois Rabelais.
En el desarrollo de la novela Macunaíma, se evidencia la recuperación
de algunas leyendas y mitos de la cultura nativa brasileña, asimismo se muestra
una mirada crítica de la coyuntura sociopolítica cultural e histórica por la que
atravesaba Brasil en la segunda década del siglo XX. Es una novela además que su
estructura está compuesta por figuras retóricas con las que se hace alusión a
la búsqueda de una identidad multicultural de acuerdo al territorio amplio y
complejo de los pueblos amazónicos, además de que a través de la narración se
recupera el lenguaje popular y prosaico de dichos pueblos.
Macunaíma
es
un estudio historiográfico de las manifestaciones culturales de la vida
amazonia, y una crítica a la idea racista del hombre negro como “feo y tonto” y
el hombre blanco como poseedor de una belleza “aparente” según los cánones
occidentales.
En conclusión, en la novela
Macunaíma (1928) de Mário de Andrade se encuentran diversos elementos
retóricos que hacen alusión a un discurso con crítica política, social y
cultural de los pueblos amazónicos, particularmente a través de la construcción
corpórea de un personaje y su contexto. Macunaíma
es una novela que hace reflexionar en torno a la universalidad de una narrativa
particular latinoamericana.
[1] A propósito de la intentona de “Ríos
de Sangre Montt” de candidatearse
nuevamente a la presidencia, la artista Guatemalteca Regina José Galindo llevo
a cabo en 2007 el performance ¿Quién puede borrar las huellas? Ver vídeo.
[2] En las primeras
décadas del siglo XX surge el fenómeno estético de las vanguardias
latinoamericanas, consolidando así una recuperación, pero a la vez una crítica,
de las nacientes vanguardias históricas europeas; tal como señala Roberto
Fernández Retamar “uno de los logros más definitivos de la vanguardia
latinoamericana fue una desafiante proclamación de los valores no occidentales
en la América Latina (Fernández, 1997, p. 186). En el ámbito de la literatura
comienzan a surgir diversos autores cuyo principal objetivo era evidenciar el
contexto latinoamericano y la heterogeneidad de sus culturas.
[3] Para referirse a la novela Macunaíma, Andrade fue quien utilizó el
término “rapsodia”, el cual también
guarda relación con su faceta de musicólogo.
[4] El concepto “realismo grotesco” se
retoma del autor Mijail Bajtin (1987) en,
La cultura popular en la Edad Media y en
el Renacimiento. El contexto de Francois Rabelais. Madrid: Alianza
Editorial. Pág. 23.
*AR
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